domingo, 5 de mayo de 2013

El Madrid que viene


Tras el undécimo asalto fallido a la Décima, el Madrid vuelve a tener que reinventarse. La pieza angular de este proyecto que se acaba, José Mourinho, se irá a final de temporada. El personaje devoró a la persona y el portugués partirá con sus métodos a otra parte, el lujoso barrio de Chelsea a ser posible. Otra apuesta de Florentino que sale 'rana' y hora de tomar decisiones. ¿Qué entrenador suplirá al míster con mayor poder en toda la historia del club? ¿Cuáles son los futbolistas que no tienen cabida en este nuevo proyecto? ¿Se harán fichajes que realmente supongan un salto de calidad en la plantilla?

Entrenador: Carlo Ancelotti es la apuesta de Florentino para dirigir el equipo madridista. Deseado por el presidente, detestado por las encuestas. Desde tiempos inmemoriales lleva Pérez tras el entrenador italiano y esta vez podría ser la definitiva. A su favor juega su capacidad para dirigir planteles con grandes estrellas, su elegancia fuera del campo y su 'permisividad' a la hora de aceptar directrices que suenen desde arriba. En contra, la negativa de la afición a su fichaje en las encuestas y la importancia de estas para Florentino, más aún con las elecciones a la vuelta de la esquina. De no ser el italiano el elegido, nombres como Kloop, Benítez, Low o Laudrup saldrían a la palestra. En cualquier caso, el presidente ha aprendido que el entrenador es la primera piedra de cualquier proyecto y no se cerrará ningún fichaje hasta tener firmado al hombre que dirigirá al Madrid la próxima temporada.

Descartes: La operación salida no será una criba, pero si se realizaran un número importante de ventas para poder acometer los fichajes que se pretenden. Adán y Carvalho se marcharán con la carta de libertad bajo el brazo tras terminar su contrato. Essien volverá al Chelsea tras su cesión, donde seguramente se encontrará con su valedor en el Real Madrid, José Mourinho. Y a partir de aquí, el apartado de las salidas se vuelve un auténtico rompecabezas. En la portería, Casillas y Diego López son intocables. En cuanto a la parcela defensiva, únicamente Ramos, Varane y Marcelo parecen tener un lugar seguro en el nuevo proyecto. Pepe, Coentrao, Albiol o Arbeloa podrían salir si llega una buena oferta por ellos, aunque no sean sus ventas las primordiales para hacer caja. Si nos adentramos en el centro del campo, la presencia de Xabi Alonso el año que viene se convierte en una incógnita. El tolosarra podría regresar a sus orígenes y convertirse en el fichaje estrella de la Real Sociedad en su vuelta a la Liga de Campeones. Por su parte, Khedira seguirá en el equipo blanco con total seguridad. Y para terminar, el plantel atacante. La renovación de Ronaldo se muestra como algo primordial en este apartado y a partir de ahí vienen todos los demás. Ozil, Modric y Callejón seguirán, siendo Di María el gran damnificado en la zona de tres cuartos. El Madrid pretende sacar alrededor de 30 millones por el argentino, recuperando al menos la inversión realizada hace tres años. Y en la punta de lanza, el favoritismo de Florentino ha declinado la balanza a favor de Benzema. Higuaín saldrá y en Turín le esperan con los brazos abiertos. El equipo blanco espera sacar en torno a los 100 millones de euros en la operación salida.

Fichajes: En el apartado de entradas, un nombre resalta sobre los demás. Gareth Bale es el elegido para devolver la ilusión al madridismo y se espera una negociación durísima con el Tottenham por sus servicios. El 'expreso de Cardiff' es uno de los pocos jugadores diferenciales del momento y su incorporación dependerá de la entrada de los 'Spurs' en la próxima Champions League. Además, el Madrid no será el único interesado en hacerse con sus servicios. La mayoría de los grandes equipos europeos pujarán por el astro galés y el precio de salida son 60 millones. Una inversión astronómica por un futbolista de dimensiones planetarias. Pero dejando a un lado al 'galáctico' de rigor, los puestos a reforzar dependerán en gran parte de las ventas realizadas. Se ejercerá la opción de recompra de 5 millones por Carvajal y se busca un mediocentro similar a Xabi Alonso. Si llegara Ancelotti, Verratti vendría de la mano. El italiano gusta mucho en las oficinas del Bernabéu y su fichaje rondaría los 20 millones. Kondogbia y Gundoçan son las alternativas, el primero en forma de promesa y el segundo convertido ya en una realidad. En el caso de que Alonso se marchara, serían dos los mediocentros que llegarían al equipo de Concha Espina. En cuanto a la defensa, el fichaje de un central sería necesario en el caso de que Pepe o Albiol hagan las maletas. Gusta y mucho Iñigo Martínez, tanto por su juventud como por su madurez a pesar de ella. Por su parte, en la punta de ataque se busca un acompañante para Benzema tras la más que posible salida del 'Pipa'. Aunque suene extraño para un equipo con los registros goleadores del Madrid, el equipo blanco necesita gol. El gol se paga y Florentino tendrá que aflojar la billetera si quiere traer a un delantero TOP, como diría un portugués de cuyo nombre no quiero acordarme. Lewandowski, Cavani, Falcao... todos ellos están en la lista de la compra. Pero hay un viejo sueño de Florentino que suena cada día con más fuerza en las oficinas del Bernabéu. Tiene perfil de galáctico y su fichaje supondría un golpe de efecto similar al de Bale. El heredero de Romario no se siente a gusto en Manchester y no le supondría ningún trauma vestir la camiseta del que fue su rival. La bomba de Pérez se llama Sergio y le llaman 'Kun'. Se pretende que Aguero sea la punta de lanza de un equipo diseñado para ganar la Décima. Veremos si a la duodécima, va la vencida.

martes, 23 de abril de 2013

Bárbaro Bayern (4-0)

El rodillo teutón vapulea a un Barça sin capacidad de respuesta. Gómez, Robben y Muller, por partida doble, ajusticiaron a los blaugranas. Los culés necesitarán un milagro en el Camp Nou.




Cualquier tiempo pasado fue mejor. Esa es la frase que han debido pensar los aficionados blaugranas al término del partido, al menos si nos atenemos a los últimos años. O el Barcelona ha perdido potencial o los rivales le han perdido el miedo. O quizás las dos cosas. El Bayern se encargó durante toda la noche de demostrarlo, sin temor alguno. Desde el inicio, sin vacilar. Los teutones querían dejar la eliminatoria sentenciada en Alemania.

El infierno de Busquets
Dos jugadas sucedidas en los primeros cinco minutos sirvieron de prolegómeno para lo que veríamos a lo largo del partido. La primera, un mano a mano de Robben que bien podría haber supuesto el primer gol de haber visto a su compañero Gómez, totalmente solo en el otro lado. La segunda, un balón teóricamente fácil perdido por Busquets. Esta última pudo pasar desapercibida, pero era el primer síntoma de que sería una noche muy larga para el de Badía. La superioridad del Bayern en el centro del campo era manifiesta, con Javi Martínez y Schweinstiger presionando como jabatos y un Muller disfrazado de mediapunta que aparecía por todos lados. Mediapunta en la transición ofensiva, tercer mediocentro en la defensiva. 4-2-3-1 atacando, 4-5-1 defendiendo. El plan de Heynckes era claro: trazar una tela de araña en el medio, torpedear la sala de máquinas blaugrana y atacar en tromba en cuanto la pelota estuviera recuperada. Un plan al que había que añadirle un extra: las jugadas a balón parado. Y en una de ellas, Thomas Muller hizo a rugir a toda Munich.

Messi y el control engañoso
Tras el gol, el guión continuó siendo el mismo. Un Barça dueño de la pelota, un Bayern dueño del partido. Nunca una posesión fue tan ilusoria. La lentitud del equipo de Vilanova solo era cuestionada por los desmarques de Pedro a la espalda de Alaba. En uno de ellos, un balón del canario a punto estuvo de remacharlo Messi... Un simple espejismo. Tanto la ocasión errada como Messi. El argentino jugó mermado, sin alma, al más puro estilo Cid Campeador. Frente al PSG sirvió, contra el Bayern no. Su participación en el juego fue tan desoladora como el panorama en el que estaba inmerso el Barcelona. Cada balón aéreo era un infierno, Javi Martínez empezaba a justificar los 40 millones pagados por él, Ribery martirizaba a Florentino con cada recorte que nunca hará Kaká... Y así, se llegó al final de la primera parte. No sabemos lo que le diría Vilanova a sus hombres en el descanso. En todo caso, Mario Gómez se encargó nada más comenzar la segunda mitad de mostrarle a Tito que su charla no había tenido éxito. Otro corner, otro gol. La eliminatoria cuesta arriba y momento de tomar decisiones. Decisiones que nunca llegarían.

Sin soluciones
El Bayern asediaba mientras el Barça se mostraba perplejo. No se recuerda desde la llegada de Guardiola un baño de magnitud semejante. Busquets en el papel de bombero, intentando apagar los múltiples incendios que provocaba el séptimo de caballería bábaro en cada uno de sus ataques. Xavi e Iniesta, sus dos acompañantes en el centro del campo, se convirtieron en meros espectadores. Demasiados alejados ambos de la zona de creación, provocado en parte por el fenomenal trabajo de Ribery y Robben en las bandas alemanas. Precisamente, en una jugada iniciada por el primero y finalizada por el segundo, marcó el tercero el Bayern. Minuto 72, 3-0 y el Barça seguía sin capacidad de reacción. En el banquillo, Villa calentaba mientras Alexis se perdía en un mar de piernas bábaras. Se veía más cerca el cuarto del Bayern que el primero del Barcelona. Y efectivamente, así fue. Muller volvió a hacer bramar a toda Munich y enmudeció a todos los culés, que buscarán el milagro en el Camp Nou. Sin embargo, un 2-0 no es un 4-0... Y sobretodo, el Milan no es el Bayern.